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Únase a IAPBLa prevalencia de la ERNU y otras afecciones oculares puede variar según las regiones. Para planificar eficazmente los programas escolares de salud ocular, es preciso realizar una evaluación local de las necesidades a fin de garantizar la pertinencia de las intervenciones. El alcance de los defectos de refracción no corregidos y de la NVIC debe evaluarse no sólo en el caso de los niños, sino también en el de los profesores.
Comprender el contexto nacional y local en el que se inscribirá el programa es un paso esencial en la planificación. De hecho, la colaboración con ministerios, escuelas y proveedores locales de cuidado ocular es crucial para la sostenibilidad, por lo que se requiere una buena comprensión de la situación actual.
Se recomienda celebrar una reunión de sensibilización temprana con representantes de los ministerios de sanidad y educación y otras partes interesadas clave. Pueden contribuir a la aprobación del programa, a la identificación de otros programas de salud escolar que puedan integrarse y a la selección de las escuelas destinatarias. Las entrevistas a informantes clave pueden ser útiles para completar el análisis de la situación y una revisión de cualquier dato de prevalencia u otros datos de programas de salud ocular, de seguimiento o publicados disponibles.
Un análisis completo de la situación debe incluir una visión general de:
En lo que respecta a la salud ocular, la cultura puede influir en las percepciones de las personas sobre las enfermedades y lo que están dispuestas a comunicar a los trabajadores sanitarios; el comportamiento de búsqueda de atención sanitaria; la comprensión del proceso de tratamiento, las opciones y la toma de decisiones; las interacciones con el personal del programa y los servicios sanitarios; las actitudes hacia los forasteros, los ayudantes y las autoridades; las normas de género y el trato diferenciado de niños y niñas; y las actitudes de la comunidad (y potencialmente el estigma) hacia la deficiencia visual, la discapacidad y el uso de gafas.
Por lo tanto, las consideraciones sobre diversidad, equidad e inclusión deben formar parte de las reuniones iniciales entre los gestores del programa, los socios y las partes interesadas pertinentes para adaptar el programa al contexto específico.