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Desigualdad en la pérdida de visión

Género

Hay más mujeres que hombres con pérdida de visión en todas las categorías de discapacidad visual y ceguera.

El 55% de las personas con pérdida de visión son mujeres y niñas

De los 1.100 millones de personas con pérdida de visión, 609 millones son mujeres (55%), frente a 497 millones de hombres (45%).

En general, las mujeres tienen un 12% más de probabilidades de sufrir pérdida de visión que los hombres

Las mujeres lo son:

  • 8% más de probabilidades de ser ciego,
  • Un 15% más de probabilidades de tener problemas de visión de moderados a graves,
  • 12% más de probabilidades de tener una discapacidad visual leve y
  • 11% más de probabilidades de tener problemas de visión de cerca.

Datos del modelo VLEG/GBD 2020.

¿Por qué las mujeres sufren más problemas de visión?

La esperanza de vida media de las mujeres es mayor que la de los hombres, y muchas enfermedades oculares, como las cataratas, la presbicia, el glaucoma y la degeneración macular asociada a la edad, están asociadas a la edad.

Las mujeres también pueden correr un mayor riesgo de padecer ciertas afecciones oculares, como cataratas y triquiasis tracomatosa, sobre todo en los países de renta baja y media.

En muchos países, las mujeres tienen menos acceso a los servicios de salud ocular debido a diversos factores socioeconómicos y culturales.

Obstáculos a los servicios

Muchas barreras impiden tanto a las mujeres como a los hombres acceder a los servicios de salud ocular, pero estas barreras suelen ser más problemáticas para las mujeres.

Por ejemplo:

  • Costes: Las mujeres suelen tener menos acceso a los recursos económicos familiares para pagar cuidado ocular o el transporte para llegar a los servicios.
  • Imposibilidad de viajar: Las mujeres suelen tener menos opciones para viajar que los hombres. Las mujeres mayores pueden necesitar asistencia, que las familias pobres no pueden proporcionarles.
  • Diferencias en la percepción del valor de los servicios de salud ocular: El deterioro de la visión suele considerarse una consecuencia inevitable del envejecimiento, y es menos probable que las mujeres cuenten con apoyo social en la familia para buscar atención en diversos ámbitos.
  • Falta de acceso a la información y a los recursos: La alfabetización de las mujeres puede ser inferior a la de los hombres, especialmente entre las personas mayores. Como consecuencia, las mujeres pueden tener menos probabilidades de conocer la posibilidad de recibir tratamiento para las enfermedades oculares o de saber dónde acudir para recibirlo.

A menos que hagamos un esfuerzo especial para garantizar servicios oftalmológicos a las mujeres, continuarán las disparidades corregibles en la pérdida de visión entre hombres y mujeres.

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