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Mejorar la salud ocular es una forma práctica y rentable de liberar el potencial de progreso individual y compartido. Corregir la visión mejora los resultados educativos, aumenta los ingresos personales en un 5% e incrementa la productividad de los trabajadores empleados que viven en la pobreza en más de un 20%.

Imagen de KM Asad para la Fundación Fred Hollows.
ODS 01 No a la pobreza

Unas simples gafas

Imagen de KM Asad para la Fundación Fred Hollows

Más de 2.200 millones de personas, casi un tercio de la humanidad, viven con problemas de visión. Al menos 1.100 millones de personas sufren pérdida de visión porque no tienen acceso a los servicios de salud ocular que necesitan. La discapacidad visual sigue estando condicionada por circunstancias geográficas, sociales y económicas. Sabemos que el 90% de la pérdida de visión evitable la sufren personas que viven en países de ingresos bajos y medios, y sigue dándose el caso de que los grupos más pobres y marginados de países de todos los niveles de ingresos -incluidas las mujeres, los niños, los jóvenes, las personas con discapacidad, las personas mayores, los pueblos indígenas, las comunidades locales, los refugiados y desplazados internos y los migrantes- son los que corren mayor riesgo de perder la vista y de que se les niegue un futuro sostenible, próspero y equitativo.

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