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La mejora de cuidado ocular puede aumentar los ingresos familiares, lo que está directamente relacionado con la reducción del hambre. Las investigaciones han demostrado que, tras la cirugía de cataratas, el 46% de los hogares ascendieron de categoría de ingresos, lo que permitió a las familias permitirse alimentos y contribuyó a reducir la carencia de vitamina A, principal causa de ceguera infantil.

UNA VIDA MÁS SANA
Una vida más sana

Una vida más sana

Imagen de Ulrich Eigner

Los esfuerzos más amplios para lograr el hambre cero, ODS 2, beneficiarán a su vez a la salud ocular en todo el mundo. Acabar con el hambre extrema reducirá las enfermedades oculares relacionadas con la malnutrición y preservará la vista y los medios de subsistencia de todas las generaciones. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado la carencia de vitamina A como un problema de salud pública que afecta aproximadamente a un tercio de los niños de 6 a 59 meses, con las tasas más elevadas en el África subsahariana (48%) y Asia meridional (44%). La carencia de vitamina A es la principal causa prevenible de ceguera infantil y baja visión en el mundo. Se calcula que entre 250.000 y 500.000 niños con carencia de vitamina A se quedan ciegos cada año, y la mitad de ellos muere en los 12 meses siguientes a perder la vista. La carga recae en los países de renta baja y media, sobre todo en las zonas rurales, donde la prevalencia de la ceguera infantil es aproximadamente 10 veces mayor que en los países de renta alta.

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