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El 90% de la pérdida de visión evitable afecta a personas de países de renta baja y media, lo que obstaculiza la capacidad de los Estados para erradicar la pobreza y reducir las desigualdades y vulnerabilidades que dejan atrás a las personas.

Imagen de Sergio Negrete.
ODS 01 No a la pobreza

Un futuro mejor

Imagen de Sergio Negrete

La pobreza es tanto causa como consecuencia de una mala salud ocular. La pobreza y el bajo nivel socioeconómico pueden traducirse en una peor salud general, un menor acceso a servicios de salud ocular de calidad, un retraso en el diagnóstico y un acceso limitado al tratamiento. A la inversa, una mala salud ocular y la exclusión social de las personas que viven con deficiencias visuales pueden conducir a la pobreza debido a la falta de trabajo decente y a la reducción de los ingresos. La Resolución 75/310 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Visión para todos, deja claro que nadie debería tener que vivir con una pérdida de visión evitable cuando existen soluciones para abordar el problema. La implantación de servicios de salud ocular eficaces puede romper el ciclo negativo de una mala salud ocular, que conduce a la pobreza, lo que a su vez conduce a una peor salud ocular y, por tanto, a más pobreza.

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