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Baja visión

La baja visión no sólo afecta a la independencia, sino que tiene importantes repercusiones psicosociales y económicas en el individuo, la familia y la sociedad.

¿Cuántas personas tienen baja visión?

En todo el mundo hay 80 millones de personas con deficiencias visuales permanentes que pueden beneficiarse de los servicios de baja visión. La mayoría de estas personas son mayores y su número se duplicará en los próximos 20-30 años debido al envejecimiento de la población. El número de niños que necesitan atención de baja visión en todo el mundo es de 6 millones, de los cuales 4,8 millones viven en países de renta baja y media.

Impacto de la baja visión

La baja visión no sólo afecta a la independencia, sino que tiene importantes repercusiones psicosociales y económicas en el individuo, la familia y la sociedad. Entre las principales consecuencias de las deficiencias visuales se encuentran la incapacidad de los niños para proseguir su educación y la de los adultos para obtener un empleo remunerado, un mayor riesgo de muerte, riesgo de caídas, dificultades en la vida diaria y aumento de la dependencia. La gestión de la baja visión mediante la prestación de servicios de buena calidad que sean escalables, adaptables, rentables y que respondan a las necesidades de la población sigue siendo una prioridad de VISIÓN 2020. El marco de los sistemas sanitarios de la OMS, Educación para Todos, la Campaña Mundial por la Educación y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad sientan las bases para que los servicios de baja visión reduzcan el riesgo, promuevan las mejores prácticas y aumenten así la calidad de la atención clínica y no clínica.

Servicios de baja visión

El concepto de servicio oftalmológico integral incluye los componentes de prevención de la ceguera, tratamiento de las enfermedades oculares, promoción de la salud ocular y servicios de rehabilitación para personas con enfermedades oculares incurables.

El desarrollo de servicios de baja visión en los niveles primario, secundario y terciario como parte de los planes nacionales de salud ocular es fundamental para garantizar que estos servicios sean sostenibles. La atención a la baja visión es a largo plazo por naturaleza. La visión y las necesidades de las personas cambian con el tiempo. Por lo tanto, es importante que exista un sistema que empiece por una correcta identificación, evaluación, derivación, formación y servicios de apoyo. Los elementos de la atención a la baja visión deben ser proporcionados por diferentes profesionales que trabajen en los sectores de la salud ocular, la educación y la rehabilitación. El trabajo multidisciplinar y multiinstitucional es esencial para proporcionar servicios centrados en el usuario, rentables y completos.

Avances en baja visión

En los últimos años se ha producido un enorme crecimiento de la tecnología adaptativa. Existen numerosas aplicaciones nuevas para teléfonos móviles y ordenadores personales que pueden complementar el uso de dispositivos convencionales de baja visión y mejorar la comodidad, el acceso y la aceptación social. Es importante que las personas que se dedican a la atención de la baja visión tengan una visión general de los avances tecnológicos para poder asesorar y orientar a sus clientes.

(IAPB agradece a Sumrana Yasmin, Brien Holden Vision Institute por este artículo)

Créditos de las fotos

Ali Fuat Aydin, Engelsiz Yaşama Derneği, Luca Catalano Gonzaga, Imagen de testigos.